Cuando Saulo de Tarso comenzó a atacar a los seguidores de Jesús, nadie se imaginaba que alguna vez se convertiría en discípulo de Cristo. "Jamás. Imposible". Sin embargo, Hechos 9: 1-9 registra la historia del encuentro enceguecedor de Saulo con Jesús en el camino a Damasco. Pocos días después de ese acontecimiento que le cambió la vida, Saulo estaba predicando en las sinagogas de aquella ciudad y diciendo que Jesús era el Hijo de Dios, lo cual llenaba de asombro a todos los que le escuchaban (v 20-21) "Señor perdona por concentrarnos tanto en nuestros propios problemas y afanes diarios, que a veces fallamos en alcanzar a otros. Decidimos entregar nuestras necesidades a Tus amorosas manos y seguir tomando ésta decisión día a día. Sabemos que Tus caminos son perfectos y que eres capaz de hacer mucho más abundantemente de lo que podamos pedir o pensar. Ayúdanos a seguir siendo un canal de bendición para otros, mientras el Espíritu Santo derrama Tu amos a través de cada uno de nosotros. Estamos dispuestos a ser la extensión de Tus manos para aquellos que tienen necesidad. Confiamos que nos mostraras a aquellos que Tu quieres que sean alcanzados, en el Precioso Nombre de Jesús, Amén"
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